viernes, 5 de febrero de 2010

Por culpa de ese que se quedó sentado


¿Quién consigue expresar sus emociones
en una simple conversación?
¿Qué preguntas hacemos
para que nadie nos responda?
Lo cierto es que el taxista
equivocó el camino. Y es tarde.

Fabian Casas


La llovizna empapa cosas en todos lados.

En mi balcón de Balcarce tomo un Gancia con mi hermano y amigas (de mi hermano);
Las fiestas afuera se han suspendido por mal tiempo,
o preferí considerar que se habían suspendido.

Nadie vendrá a contarnos la verdad de esta noche,
regresé temprano para escribir poesía;
cancelé un par de citas para mirar (sola) el cielo nublado que moja para abajo,
que hace caer a absolutamente todo;
me pinté unas uñas que nunca se secarían por la humedad;
me até el pelo para sentirme más segura;
me acordé de mi padre,
mi padre que hacía un par de años había muerto.

No se que pasa alrededor,
no se que pasa en las noticias,
ni en Capital,
en la esquina o a la vuelta
no se
no me interesa.

Me relaja el silencio del Bullevard,
pero tampoco me preocupa,
tampoco me interesa.

Me muevo de la computadora al balcón con una integridad que da orgullo,
ya no me acuerdo de cómo me llamo,
y tampoco puedo precisar la hora;
pero he vuelto para escribir poesía,
y para mirar (sola ) el cielo nublado que moja para abajo.


MFL

3 comentarios:

  1. Excelente lo suyo, LopeLope... mire q me prometió trabajar con lo mío cuando volviera a Cba eh! Promesas son clavos; pero este es uno que no se oxida, eso sí...

    Es más, no deberían llamarse "promesas"... con que se llamaran sólo "aguante", "logística", o "alivio", creo bastaría.

    Beso che.

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  2. Buen poema, che. Me gustás mucho en tu escritura.

    Abrazo.

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