viernes, 26 de febrero de 2010
si querés podés marcharte, sólo te pido un favor.
si aún te queda algo de amor dentro de tu corazón…”
sonaba una guitarra atrás de mi,
lejos de mi,
Toda la gente se rie, y yo no conozco a nadie más que a tres,
a dos o a tres.
La cerveza fría no tiene siempre el mismo gusto,
Y me acuerdo también de mi amiga que me dijo que mira una exposición de arte lejos (de mi).
La esperanza de una fiesta es el fracaso de una fiesta.
Y en otro lado, quiero decir casi en mi casa,
todos se van mientras llego,
y aunque no me siento ni abandonada ni sola,
hace exactamente una hora que pretendía escribir esta poesía.
La escribo.
No necesito nada más que escribir esta poesía
y la escribo.
sábado, 20 de febrero de 2010
Cuento largo y viejo y sin historia
“el no más nada todo
el puro no
sin no”
O. Girondo
Nada estuvo bien, el plan era una película y unas pizzas para rellenar la espera; pero nada había estado bien. Sin mencionar que las pizzas salieron riquísimas pero que no podía disfrutar bocado, creo que fue la primera vez en mi vida que no saboreaba como se merecía una pizza con palmitos y salsa golf.
Pero nada estuvo bien, ni siquiera la música de la radio que de un momento a otro se paró no supimos si por interferencia o por algo fuera del nuestro alcance técnico.
La película no estaba o si, pero las entradas agotadas, el Shopping un delirio como siempre, y yo casi muda como de costumbre en esas circunstancias. Dijeron que nos largáramos como buitres empedernidos a otro cine de por ahí cerca y a mi me daba lo mismo cualquier cosa. Había dos formas, o salir corriendo lánguida y depravada o tirar ese ser secto selecto y amorfo a la alfombra y romperle la cara con una palabra sangrienta; no elegí ninguna. El sexo sin mirarnos hubiera estado mejor, aunque tampoco hubiera accedido.
Como nada estaba bien, el otro cine fue solamente una excusa para caminar bastantes cuadras más y de paso cagarnos de frío mientras pensaba que estaría bueno salir, hablar, tomar, o fumar, cualquier variante, la que sea, menos estar ahí entre la aberración de su huida, la incapacidad dialogal y sus ojos, que hoy en día ni siquiera me excitaban. Cinco escandalosas cuadras de ida y como veinticinco de vuelta, siempre atrás o adelante, era lógico un juego; el Patio Olmos y mucha gente, sobre todo eso, mucha gente, para nada, de bulto, de bulla (como decían hace mucho); lo pasamos de largo.
Sexionary: el juego mentiroso que asistió la noche, dos amigas, su hermana, la amiga de su hermana, y mi mejor amiga (su otra hermana), todo eso junto me dio miedo. Quise salir corriendo pero hasta ese momento no tuve el valor. La gente de Portisehad asistió mi desazón, cuando ves que te miran o te piensan y no te queda más que reírte sola, y el resto escuchaba reguetón, nada más se podría esperar. Por eso nada estuvo bien, porque el reguetón te quema las neuronas y la gente no sabe entender.
Es cierto el Fernet me pone sensible o pelotuda y ese melancón que te oscurece, te pone del color del Fernet; para esa altura ya me invaden movimientos torpes, y solamente quiero escribir, a esas cosas otra manera no le encontraba todavía.
“Es una mentira” pensé, pero se veía tan tangible e invariante que creo que nadie se enamoraría de una cosa así.
Nada, nada había estado bien desde ese día que decidí no jugar más a las escondidas (que suenan muy lúdicas y frenéticas), que le pifié a la forma y probablemente a las ganas, pero que corrí con constancia a la complementación de una ocurrencia. “me vas a pagar el taxi a tu casa todos los días” decía mi amiga, su hermana y ni siquiera me dolió el bolsillo. Cruel… Pero simpático dijo el quiosquero que se bancó la historia porque me veía mal, pobre no sé si se notició que estaba ebria, o al menos sacada de quicio.
El resto fue una extirpe de las que pocos conocemos, ¿cómo me iba a arrancar ese malentendido del fondo?, por ahora escribiendo poesía, sobre gotas y otros noes, con Oliverio y otro tantos. Había que salir de la plazoleta y tirarle con las hamacas en la cabeza, porque hablando ya la gente no se entiende o no se escucha.
MFL
martes, 16 de febrero de 2010
metirasverdades
si a alguien le importa, a mi no me importa.
"vida de negros" como te dije hoy amiga,
domingo, 14 de febrero de 2010
caradeldiadelosenamorados
viernes, 12 de febrero de 2010
leía un artículo del Página y me salio decir fuerte
"¿cuantas cosas podían ser de otra manera?"
es tambien una manera de decirlo,
de hacer pie en lo hondo,
en la pileta mestiza.
A lo lejos podría sonar como una forma que habían usado hace siglos,
una justificación momentánea de un que-ha-cer (?¿) cotidiano.
Mientras estudio la evolución del arte y las vanguardias historicas,
me pregunto tambien pero en voz baja ahora donde quedarán todas estas cosas que hacemos usualmente, todas esas mentiras que escribimos,
es que se puede?
otra pregunta.
Las respuestas:
en algun la-do
donde,
.....................(completar)
El arte colectivo, la vida en una fiesta.
lunes, 8 de febrero de 2010
viernes, 5 de febrero de 2010
Por culpa de ese que se quedó sentado
¿Quién consigue expresar sus emociones
en una simple conversación?
¿Qué preguntas hacemos
para que nadie nos responda?
Lo cierto es que el taxista
equivocó el camino. Y es tarde.
Fabian Casas
La llovizna empapa cosas en todos lados.
Las fiestas afuera se han suspendido por mal tiempo,
o preferí considerar que se habían suspendido.
regresé temprano para escribir poesía;
cancelé un par de citas para mirar (sola) el cielo nublado que moja para abajo,
que hace caer a absolutamente todo;
me pinté unas uñas que nunca se secarían por la humedad;
me até el pelo para sentirme más segura;
me acordé de mi padre,
mi padre que hacía un par de años había muerto.
no se que pasa en las noticias,
ni en Capital,
en la esquina o a la vuelta
no se
no me interesa.
pero tampoco me preocupa,
tampoco me interesa.
ya no me acuerdo de cómo me llamo,
y tampoco puedo precisar la hora;
pero he vuelto para escribir poesía,
y para mirar (sola ) el cielo nublado que moja para abajo.
MFL
jueves, 4 de febrero de 2010
miércoles, 3 de febrero de 2010
Reseña de "Adoro" de Osvaldo Bossi
Adoro es, podría decirse, un poema. Un poema a la recuperación de lo humano. Un extensísimo poema que buscar solamente mostrar que hoy todavía se puede creer, se puede amar, se puede adorar. Porque créase o no para adorar hay que tener una capacidad; la capacidad de reconocer en otro una grandeza; hay que esquivar el egoísmo, hay que ser de otro mundo. Sencillamente de otro mundo como es el narrador de esta novela. Él lo sabe, sabe que este lugar en donde está las cosas no son como deberían ser, que a él le gustaría mucho más no pertenecer, pero no se resigna, se revela y se revela adorando.
Sin duda es un mensaje de amor.
Y el que lo cuenta es lo más parecido a un niño de la literatura para adultos que he leído hasta ahora. Vuelvo a mi premisa de antes de terminar el libro. Lo heterogéneo. Habla de sexo! De sexo entre hombres y sin embargo nos da la sensación que lo esta contando un niño. Eso lo transforma en transgresor sin transgredir, en vanguardista sin romper ni destruir, al contrario construyendo, construyendo nuevos espacios de significación que nos hacen cada vez más libres o por lo menos dejan la impresión de eso.
Si tuviera que elegir una frase del libro que se repite varias veces y que condensa una potencia de gran envergadura es: “y yo le creo”. Quiroga dice : “en un cuento bien logrado las tres primeras líneas tienen la importancia de las tres últimas” y si bien esto no es un cuento ni tampoco creo que haya que darle demasiada importancia a Quiroga, me hizo acordar a esto.
En las primeras líneas ..”me dice que se llama Cristian y yo le creo,,” y yo también le creo que le cree. Ahí esta el mensaje de fe, de amor y de ineludible confianza en otro reconocido como tal más allá de las diferencias que materialmente los hacen disímiles. Más allá de que Cristian sea un Taxi boy y Ovi un poeta.
Me pregunto entonces que es ¿“Astroboy”?. Astroboy es eso, es la conversión de ese otro en un posible interlocutor válido; es la concesión de dignidad que nunca debería por ninguna razón nadie haber perdido. Astroboy es sujeto que puede hablar, que puede sentir, que puede amar, pero sobre todas las cosas que puede hacer feliz a otro.
Si Astroboy no es un mensaje revolucionario de amor, entonces raspa el filo. Y si hoy amar se convierte en revolucionario es justamente porque nadie está entendiendo nada.
Flor Lopez.