Quién no odia los discursos clichés. Entonces dijimos lo que no.
No a las enumeracioes,
no a las frases moralistas,
no a los sentimentalismos (que en el colegio secundario son pura farsa),
no al "GRACIAS", "GRACIAS".
No a las frases quemadas; como el hecho de que todo por una extraña razón se vuelve "especial".
que quedaba? casi nada.
Pensando en discursos de fin de año me tocó conjugar la fecha con un discurso de agradecimiento a todos mis lectores y etcéteras que me apoyaron y ayudaron con el proyecto de mi libro; entonces recodé el decálogo: no a las enumeraciones, no a las frases moralistas, no...
que quedaba?casi nada.
Cómo decir gracias sin decir "gracias".
como agradecer sin decir "gracias", "gracias".
Es tan complejo para mí en este momento que voy a dejar los agradecimientos para cuando me salga no ser cliché.
Flor Lopez